Época: Anzio/Cassino
Inicio: Año 1943
Fin: Año 1945

Antecedente:
La República de Saló

(C) Victor Nieto y Alicia Cámara



Comentario

Si la retirada de la circulación de los marcos de la ocupación y la contención de la inflación en mayor medida que en el Reino del Sur, pueden considerarse un cierto logro por parte del gobierno de la República de Saló, la contrapartida es la apropiación de las reservas de oro de la Banca d'Italia por los alemanes y la entrega a éstos de más de la mitad de los ingresos del Estado.Si la exaltación nacionalista clásica del fascismo se acentúa en el nuevo régimen, éste debe soportar en silencio continuas humillaciones. En primer lugar, la limitación territorial, que en el centro-sur se resuelve con la ocupación alemana y en las zonas limítrofes llega a la anexión al Reich de las provincias de Bolzano, Trento y Belluno (en el Tirol) y de Udine, Gorizia, Trieste, Pola, Fiume y Lubiana (en el litoral Adriático). Fiume, una de las banderas "irredentistas" en que se apoyó el fascismo para su ascenso al poder, pasaba a ser territorio alemán.La dependencia de los alemanes se hace patente también en la política racial, iniciada sin gran energía en 1938 y que bajo la República de Saló se convertiría en una persecución abierta de los judíos. Miles de hebreos italianos fueron deportados a los campos de exterminio alemanes.De los 19 jerarcas que votaron contra Mussolini en la sesión del Gran Consejo del 24-25 de julio, habían sido arrestados seis: el general De Bono, Giovani Marinelli, Tullio Cianetti, Carlo Pareschi, Luciano Gottardi y el yerno de Mussolini, Galeazzo Ciano. Este se había refugiado en Alemania con su familia en el momento de hacerse público el armisticio y allí fue detenido.El Tribunal Especial se reunió en Verona el 8 de enero de 1944. El proceso finalizó dos días después con la condena a muerte de cinco de ellos; 13 fueron juzgados en rebeldía y sobre Cianetti cayeron treinta años.La condena se basó en que el voto del Gran Consejo pretendía, privando al Duce de la dirección de la guerra, la eliminación del fascismo y la entrega al enemigo. La defensa arguyó que legalmente el Gran Consejo disponía de la facultad de pronunciarse sobre lo que se había pronunciado y que en ningún caso la actitud de los acusados podía interpretarse como una traición.De Bono, Ciano, Pareschi, Marinelli y Gottardi fueron fusilados en la mañana del 11 de enero de 1944. Mussolini se negó a recibir a su propia hija, que demandaba clemencia para el conde Ciano. Oficialmente no llegó hasta él ninguna petición de clemencia.El nuevo Partido Republicano Fascista y, sobre todo los alemanes, habían exigido un escarmiento ejemplar. Deakin subraya la inflexibilidad del propio Hitler, quien ya presagiaba otra "fronda" contra él mismo en Alemania.